Una destitución eminentemente política, que no cumplió con lo que la Constitución brasileña exige para un proceso de esa naturaleza y que, por tanto, viola un principio básico de las democracias presidencialistas: que el mandato del jefe de Estado solo puede ser interrumpido antes del plazo legal por renuncia, muerte o impeachment, siempre y cuando este último se ajuste a las reglas establecidas, lo que no fue el caso de Dilma.
Así definió el fin anticipado del mandato de la hoy ex Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el profesor del Programa de Posgrado en Ciencia Política de la Universidade Federal de Goiás, Brasil, João Carlos Amoroso Botelho.
El académico se refirió al tema del impeachment a Rousseff, en el marco de un nuevo Mediodía Internacional, actividad organizada y coordinada por el Magíster en Estudios Internacionales del IEI.
En la oportunidad, el politólogo realizó un detallado análisis de diversas situaciones que, de alguna manera, se conjugaron para concluir con la acusación y posterior destitución de la entonces Mandataria, entre las que destacó la alta fragmentación del sistema político brasilero, que obligaba a Dilma a negociar para poder gobernar.
“Los principales factores institucionales que explican la alta fragmentación de nuestro sistema partidista son: la resolución del Tribunal Superior Electoral que reglamentó el cambio de partido durante el ejercicio de un mandato, lo que gatilló un incremento importante en el número de partidos con representación parlamentaria. A ello se suma el veto del Supremo Tribunal Federal a la Cláusula de Barrera declarada inconstitucional en 2006, lo que en la práctica significa que un partido necesita un porcentaje mínimo de votación para acceder a un escaño en el parlamento”, destacó.
Asimismo, el profesor Botelho reconoció que la ex Presidenta sufrió una crisis de liderazgo. “Ella no es una política hábil”, aseveró.
Otro factor determinante de la fragmentación -a juicio del académico- fueron las movilizaciones sociales, gatilladas por el cansancio de las clases media y alta con el Partido de los Trabajadores (al que pertenece Dilma Rousseff) y por el éxito de las políticas públicas en materia social. “El PT, en sus casi tres gobiernos y medio, fue muy exitoso en lo que se refiere a reducción de la pobreza y desigualdad social. Por lo mismo, ahora la gente le exigía mucho más. Ya no bastaba con solo mejorar los índices de pobreza”, señaló.
Finalmente, la corrupción fue el factor que, según el profesor Botelho, terminó por hundir el Gobierno de Rousseff.
Pese a ello, el académico es enfático al afirmar que la ex Mandataria fue destituida de manera inconstitucional, por cuanto no hubo comprobación de crimen alguno. “Con el impeachment a Dilma se desvirtúa el sistema presidencialista. Aquí lo que realmente ocurrió fue un cambio de Ejecutivo basado en divergencias políticas, tal como si se tratara de un régimen parlamentario. Y lo más grave es que este hecho puede transformarse en un ‘modelo’ a imitar por parte de grupos que deseen ‘corregir’ resultados electorales en América Latina”, concluyó.