Un completo análisis de la situación y desafíos que enfrenta Centroamérica, realizó recientemente el sociólogo y politólogo costarricense, Dr. Jorge Vargas, quien fue invitado por la Embajada de Costa Rica a dictar una conferencia en el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.
Basado en los resultados del Quinto Informe Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible, realizado por el Centro de Estudios Estado de la Región Centro América (ERCA), el Dr. Vargas explica que entre 2010 y 2014 los países centroamericanos lograron mejoras económicas y sociales indiscutibles, pero insuficientes para que el desarrollo humano de la región en su conjunto avanzara de modo sustantivo. El limitado impacto de esa evolución se explica por su corto alcance y por el hecho de que no enfrentó desafíos históricamente no atendidos. Ello se sustenta en el hecho que las naciones mejor posicionadas fueron las que, en general, consiguieron mayores progresos, se ampliándose las brechas entre un sur del Istmo más dinámico y desarrollado y un centronorte con persistentes rezagos económicos, sociales y políticos.
El informe destaca que hacia 2015, Centroamérica estaba en mejor situación que en 2010, “pues la recuperación de las exportaciones, acompañada de moderados ritmos de crecimiento después de la crisis internacional de 2008-2009 y bajos niveles de inflación, se sumaron a un repunte en la mayoría de los indicadores sociales, como la inversión en ese rubro, la cobertura educativa y la esperanza de vida. Hubo también ciertos avances en la gestión ambiental: la superficie dedicada a áreas protegidas siguió aumentando, se amplió la generación eléctrica con fuentes renovables y limpias, se fortaleció la aplicación de medidas de adaptación y mitigación al cambio climático y se puso en marcha el Mercado Eléctrico Regional”.
Asimismo, el Dr. Vargas afirma que en el plano político, en casi todos los países de la región se registraron masivas protestas contra la corrupción y, por primera vez, un Presidente de la República renunció a su cargo debido a la acción judicial y al escrutinio y movilizaciones ciudadanas. “Un evento impensable hace pocos años, y se resolvió la profunda crisis que causó en la integración regional el golpe de Estado en Honduras en 2009”.
Pese a ello y como bien se consigna en el informe, una mejor situación no significa una buena situación. En este sentido, Vargas aclara que ninguno de los avances antes señalados implicó cambios importantes en la estructura productiva, en los patrones de distribución de la riqueza, en la sobreutilización del patrimonio natural o en las capacidades de la institucionalidad para el desarrollo humano y la democracia.
“No lograron contrarrestar los problemas crónicos que lastran el progreso de Centroamérica vista en su conjunto. Casi la mitad de la población sigue afectada, como un lustro atrás, por la pobreza y la exclusión social, sobre todo en los países del centro y norte del Istmo, que además son los más populosos. Los niveles de desigualdad en la distribución de los ingresos en la mayoría de las naciones continúan estando entre los más altos de América Latina, la región más desigual del mundo. Las bajas cargas tributarias y su concentración en impuestos indirectos, impiden actuar sobre este estado de cosas, revertir la creciente insostenibilidad fiscal y adecuar la inversión a la magnitud de las necesidades sociales. Buena parte de los Estados sigue mostrando una preocupante incapacidad para brindar servicios básicos a su población, y también para tener presencia y pleno control en sus territorios. Además, los crecientes déficits fiscales ponen en riesgo el equilibrio económico y limitan la capacidad para enfrentar la acción de poderosos actores del crimen organizado, un problema que afecta a todos los países, aunque con distinta intensidad”, explica el Dr. Vargas.
Basado en estos y otros resultados del extenso informe, el politólogo concluye que los principales desafíos de la región pasan por lograr una paz duradera, la inclusión, consolidación del estado democrático de derecho, el desarrollo y atender las expectativas emergentes. Asimismo, urge hacerse cargo de problemas como que Centroamérica sigue siendo la región ambientalmente más vulnerable y que cuenta con un cada vez mayor contingente de población joven, mientras que la economía no está generando puestos de trabajos para ellos.
Finalmente, el Dr. Vargas hace especial mención a la relación con los Estados Unidos, la cual -a su juicio- define los destinos de Centroamérica. “Nos preocupa el tema de la política migratoria y el nacionalismo económico que propugna Trump. “Esto podría ampliar mucho más la brecha Sur (Panamá y Costa Rica) – C4 (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua)”, concluye.