El historiador, experto en relaciones internacionales y activista por los derechos humanos, Joshua Rubenstein, fue el encargado de cerrar el exitoso ciclo de conferencias “El mundo a 100 años de la Revolución Rusa” con el análisis de su libro de investigación “The last days of Stalin” (Los últimos días de Stalin). La actividad se llevó a cabo en el Auditorio del Centro de Estudios Avanzados y Extensión, CEA, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y contó con la presencia del Rector, Claudio Elórtegui.
Ante una sala repleta, Rubenstein abordó los meses previos y posteriores a la muerte de Stalin, ocurrida en marzo de 1953. Era febrero de ese año cuando Stalin estaba en Moscú junto a los miembros del Presidium -Beria, Malenkov, Kruschev y Bulgain- quienes pasaron ahí la velada y parte de la mañana. Al día siguiente, su criada Matryona Petrovna lo encontró en el suelo inconsciente, con la misma ropa del día anterior: había tenido un accidente cerebro vascular. Cinco días después, murió y la historia de la ex Unión Soviética cambió drásticamente.
"El equipo de seguridad de Stalin estaba bajo órdenes estrictas de no entrar a su pieza si él no los llamaba con una campana. A las 22:00 horas, los guardias, que ya estaban muy nerviosos, encontraron un pretexto para entrar: había llegado un correo del Kremlin y Stalin debía verlo", relató Rubenstein, vinculado actualmente al Davis Center para Estudios de Rusia y Eurasia de la Universidad de Harvard.
¿Por qué la muerte de Stalin fue tan sorpresiva para el mundo? ¿Qué podría haberse logrado después de su fallecimiento en la primavera de 1953? Son algunas de las preguntas que Rubenstein responde en su libro de investigación. “Tener empatía con Stalin es una contradicción a los valores democráticos, no se puede tener ambos”, sostuvo el autor, quien fue director regional de Amnistía Internacional USA durante 37 años.
En su conferencia, el experto ahondó en las circunstancias que rodearon la muerte de Stalin, así como a las fotografías que aparecieron en los periódicos y que de alguna forma explicaron los cambios en el interior del régimen. Las maquinaciones de Beria, Malenkov, Khrushchev y otros “camaradas de armas” comenzaron a impulsar un movimiento de apertura y reformas que incluyó el acercamiento hacia Occidente. Eventos documentados por testigos sobre el fallecimiento del dictador, comparadas con las versiones oficiales publicadas; los pasos proactivos tomados por los líderes soviéticos, después de la muerte de Stalin para señalar una política exterior más relajada hacia los EE.UU. en la primavera de 1953; y el fracaso del presidente Dwight Eisenhower y del secretario de Estado John Foster Dulles para que coincidiera con los gestos conciliadores del Kremlin, son algunos de los temas que abordó la conferencia y que son parte de las páginas de “The last days of Stalin”.
El rector Claudio Elórtegui, agradeció al profesor Rubentein por la notable conferencia y el diálogo que sostuvo con los asistentes. Asimismo, valoró el trabajo realizado por el equipo de CEA, liderado por su director, Manfred Wilhelmy, y señaló la necesidad de continuar trabajando con las instituciones involucradas en futuros proyectos.
El ciclo sobre los 100 años de la Revolución Rusa fue posible gracias a la labor conjunta de Universidad de Columbia, el Instituto de Estudios Internacionales de la U. de Chile, el Instituto de Historia de la PUC y el Centro de Estudios Avanzados y Extensión de la PUCV. Sus representantes, la Directora de Columbia Global Center Santiago, Karen Poniachik; el Decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Pólítica de la UC, Patricio Bernedo; el Director del IEI de la U. de Chile, José Morandé, y el Director de CEA, Manfred Wilhelmy, estuvieron presentes en el cierre del ciclo.