Valerie Hudson el año 2007 señaló que hay ciertas circunstancias que deben darse para que la personalidad del líder juegue algún grado de influencia en la promoción y resultado de las políticas en el ámbito internacional: (i) el tipo de régimen, (ii) si el líder está interesado, (iii) en situaciones de crisis, (iv) en contextos de incertidumbres, (v) si el líder tiene algún grado de entrenamiento diplomático, (vi) el caso o región en particular puede apelar a una huella personal, (vii) si el líder delega el procesamiento de información o si prefiere manejarlo con su propia inteligencia, y finalmente (viii) si delega en un grupo decisional, dejando que discutan entre sí para decidir o si decide solo, todo.
Estas condiciones revelarían la trascendencia de un líder en política exterior indicando el impacto, en última instancia, de su personalidad en la dirección del país, lo que sin duda importa al momento de analizar la política exterior y los caminos que se tomen en la arena internacional.
Chile a comienzo del siglo XXI representa un caso de especial relevancia para ser analizado bajo este prisma, pues el liderazgo de Ricardo Lagos, presidente entre los años 2000 y 2006, marcó un hito en la dirección chilena de su política exterior. Se buscará por tanto responder a las principales circunstancias que denotan la importancia de un líder en la toma de decisión de política exterior para el caso de Lagos en Chile.
En referencia a la primera circunstancia: el tipo de régimen, en Chile, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, existe un régimen presidencialista en un sistema democrático. Esto significa, entre otras cosas, que el Jefe de Estado, además de ostentar la representación formal del país, es también parte activa del poder ejecutivo como Jefe de Gobierno. Ejerciendo, pues, una doble función porque le corresponden las facultades propias del Gobierno, siendo elegido de forma directa por los votantes y no por el Congreso.
En el sistema parlamentario, por el contrario, el Primer Ministro si bien moldea el proceso de toma de decisión, debe interactuar con más estructuras que limitan su poder de influencia.
En consecuencia, dadas las características del sistema presidencial en Chile, es posible adelantar que la figura del presidente tiene amplias facultades en la toma de decisión, particularmente en la política exterior. Según la definición del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, la política exterior es "[F]ijada por el Presidente de la República, [que] nace de la combinación entre los principios de nuestro actuar internacional y los intereses de Chile en el mundo."
Sin embargo, dependiendo de características individuales, un presidente puede buscar mayor protagonismo en estas materias. Considerando a los presidentes pertenecientes a la Concertacion, por formación, por trayectoria y por intereses propios, ni los presidentes Patricio Aylwin ni Eduardo Frei tuvieron un enorme interés por la exposición a los asuntos internacionales por lo que ambos optaron por apoyarse en sus cancilleres en materias de política exterior. Aylwin se apoyó en Enrique Silva Cima, y Frei en Carlos Figueroa, José Miguel Insulza y Juan Gabriel Valdés. El caso de Lagos destaca entonces al adoptar un rol directamente protagónico en el proceso de toma de decisión durante su gobierno.
La segunda condición, "Si el líder tiene interés" es esencial en el caso de estudio. Ricardo Lagos, tal como fue mencionado, destaca entre sus antecesores como un líder particularmente interesado en las temáticas de política exterior. Su interés, gestado desde los inicios de su carrera, se tradujo en un estilo inmensamente activo en la participación del proceso de toma de decisión en política exterior, siendo uno de los principales sellos de su gobierno.
Los puntos III y IV son evaluados bajo el entendido de que Chile entre los años 2000 y 2006 vivió un periodo de democrático normal sin conflictos internacionales de compromiso directo, que afectaran el curso normal de sus relaciones internacionales.
Con respecto al punto V, Ricardo Lagos cuenta con una amplia experiencia tanto laboral como académica que permitió que al momento de asumir la presidencia en el año 2000, poseyera una determinada visión de lo que pretendía para Chile en el ámbito de lo internacional. Visión que se expresa a través de cuatro preguntas fundamentales que se hace al inicio de su gobierno: "¿Cómo podríamos alcanzar un rol más importante para Chile en un mundo global?; ¿Cómo nosotros, en conjunto con otros, podríamos ayudar a asegurar un mayor balance y reglas más justas en el nuevo orden internacional que emerge?; ¿Como podemos asegurar que los seres humanos estén al centro del proceso de globalización, fomentando tanto el crecimiento económico, como la justicia social?; y Cómo podemos contribuir para el reconocimiento de la diversidad cultural como parte del bienestar de nuestro planeta.?"
Estas preguntas, evidencian cómo Lagos ve su entorno y las fuerzas que mueven al contexto, pues al preguntarse cómo Chile entra en la globalización, da cuenta de un ejercicio de lectura del contexto y aplicación de ésta lectura a la realidad del país.
"Mi experiencia como Presidente ha confirmado mi visión que hay dos requisitos fundamentales para tratar con el mundo global de hoy; seguir de cerca la forma que está tomando el mundo, y segundo; consolidar la identidad y valores de un país como base de su inserción internacional".
Con respecto a qué forma está tomando el mundo de hoy, Lagos dice que la globalización está erosionando tanto las maneras tradicionales de vivir, como la formulación de políticas públicas. Primero, la globalización es más que solo aumentar la integración global de cómo hacemos negocios. Como es mucho más que eso, se espera que emerja un nuevo tipo de sociedad. Segundo, en muchos frentes del nuevo mundo, la sabiduría convencional se ha convertido o en muy estrecha o muy amplia. Tercero, a diferencia del pasado, hay una sola gran potencia con la que hay que lidiar. Y más recientemente tres factores se han agregado al mundo: los países grandes, que generalmente han guiado la economía, han desacelerado sus procesos. Segundo, el horror del 11 de septiembre de 2001 ha presentado un tremendo nuevo desafío y tercero existe una crisis en el Consejo de Seguridad Nacional, al alejarse de sus bases originarias.
Esta claridad entorno a su visión, entendida como un set de creencias de cómo deben actuar las personas, e interactuar para obtener un estado futuro idealizado, es la base de su liderazgo, pues es la dirección y norte de todas sus decisiones en materia de política exterior, y es asimismo, el conjunto de ideas que logran concitar el apoyo ya sea de sus asesores, como de sus seguidores en general.
Esta premisa nos conduce al análisis de los puntos VII y VIII de Hudson, los que se relacionan directamente con el estilo de liderazgo que imprime la toma de decisión en política exterior, contemplando tanto el manejo de la información como la interacción con otros actores del proceso decisional.
Distintos tipos de clasificación se han desarrollado en la literatura académica correspondiente, para estudiar los tipos más generales de liderazgo político. Con información recabada en el contexto de una investigación más amplia, se concluyó que Lagos, segun la tipología de Hermann, Preston, Korany, & Shaw , es un líder ´orientado al objetivo´.
Ricardo Lagos destaca por haber interpretado su contexto a través de los lentes de su sistema de creencias, actitudes, motivaciones y pasiones, teniendo un objetivo claro sobre la conveniencia de Chile en el sistema internacional.
Ahora bien, de manera concreta, se realizó un set de entrevistas entre aquellos asesores más cercanos sobre ciertas características del estilo de liderazgo de Lagos en estas materias. En referencia al manejo de información, la conclusión de varios entrevistados fue que su importante trayectoria académica fue trascendental a la hora de manejar información necesaria para asumir la presidencia y la contingencia del día a día. Asimismo, varios asesores destacaron la inteligencia de Lagos en los procesos analíticos y su capacidad para el pensamiento complejo. En repetidas ocasiones, se destacó su habilidad para manejar mucha información numérica al día, y para estar actualizado en variedad de frentes.
En referencia a la formación de equipo, de las entrevistas se pudo concluir que esta virtud es la que menos destaca entre los rasgos del liderazgo de Lagos, ya que muchos coincidieron en que dada su personalidad se hacía difícil para sus asesores disentir o dar opiniones marcadas con respecto a un punto.
A modo de conclusión, la importancia de este tipo de análisis en países presidencialistas, radica en radiografiar la centralidad que puede adquirir un líder en la política exterior de su país, determinando una dirección en política exterior. Ser capaces de analizar las variables de personalidad contenidas en estas direcciones puede contribuir a un mayor entendimiento en las relaciones internacionales entre los países.
En el caso en particular de la presidencia de Ricardo Lagos, se concluyó que fue capaz de instalar, en la formulación de política exterior de Chile, su propio set de creencias con respecto a lo internacional, haciéndose central en todo proceso de toma de decisiones que tuviera relación con la política exterior de su gobierno.
Lo anterior se reforzó con la identificación de un estilo de liderazgo "orientado al objetivo", el que tiene su eje central en el desarrollo e implementación de una visión determinada que no solo dicta un camino en particular, si no que a su vez, genera adhesión entre quienes lo rodean.