La situación es conocida por la gran mayoría de las personas: uno comió mucho, tomó algo, quizás un trago, o quizás bebidas gaseosas, y tiene esa sensación del reflujo, un ardor o una pizca de acidez bastante molesta. Claro, uno se lo toma a la ligera, pero ¿qué ocurre cuando esto pasa con frecuencia, sin necesariamente involucrar la existencia de un festín? ¿Sigue siendo algo ligero? La respuesta es que probablemente no lo sea, como explica el Dr. Ítalo Braghetto, especialista en Cirugía Digestiva del Dpto. de Cirugía de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, quien indica que “tres de cada cuatro enfermedades al esófago se producen por los reflujos, o sea que tres de cada cuatro casos se originan allí”. Por ello es importante saber qué son y cuáles son las consecuencias de los reflujos, además de los tratamientos disponibles.
El Dr. Braghetto formó parte de los profesionales que expuso en el Latin American Day de la American College of Surgeons (ACS), donde el médico habló del estado de la cirugía para la patología de reflujo gastroesofagal y las futuras perspectivas en el campo. “Para mí es muy importante el reconocimiento que la ACS hace de nuestro trabajo y la citación de mi persona en los highlights del encuentro, y creo que tiene que ver con la importancia que tiene esta patología, y el desarrollo en las formas de enfrentarla”, indicó el académico, quien explica las particularidades de esta afección, mucho más común y potencialmente peligrosa de lo que se piensa.
“Lo primero que hay que distinguir es al reflujo que viene desde una ingesta excesiva de comida, completamente normal, del que es considerado como patológico y que debe ser tratado”, asevera de entrada el doctor. Los síntomas capitales son la acidez y el ardor, además de dolor recto-anal e incluso problemas para respirar en ciertos casos más extremos.
Los métodos de diagnóstico van desde la endoscopía digestiva alta hasta las radiografías, principalmente para ver el nivel de daño en las paredes esofágicas y estomacales, y ahí evaluar de qué carácter es la patología en específico porque “eso definirá si es que el tratamiento será médico o quirúrgico”, indica el médico.
Uno de los niveles de daño más comunes es la esofagitis, inflamación de las paredes esofágicas, pero también puede derivar en algo más grave como el llamado Esófago de Barrett, donde existe un reemplazo de la mucosa normal del epitelio esofágico por epitelio intestinal, habiendo un cambio anormal de las células de la porción terminal del esófago, es decir, una metaplasia. "Por eso es importante la fase de diagnóstico, y el tratamiento dependerá mucho del paciente también. Por ejemplo, en pacientes más jóvenes se recomienda de inmediato la cirugía, pero en un primer momento el tratamiento siempre es médico, junto con un cambio en la dieta y los hábitos alimentarios", comenta el Dr. Braghetto, quien dice que en materia de dieta se indica que se evite el alcohol, el café, los aliños, los picantes, las bebidas gaseosas, la cerveza, la cebolla cruda, las frituras, cremas, salsa de tomate, o sea "no se coma un choripán con pebre, por favor, si sospecha de esta condición", indica el especialista.
El tratamiento farmacológico busca bloquear los ácidos y mejorar la presión del esfínter, en tanto que el quirúrgico tiene múltiples métodos, de los cuales el más usado es el Nissen, o funduplicatura de paredes del esófago, que según el profesional "es el más seguro y efectivo de todos los métodos de cirugía. Además, el tratamiento contra los reflujos tiene un altísimo porcentaje de éxito, del 85 al 90 por ciento, aún mayor cuando existe un diagnóstico a tiempo y cuando se trata de forma complementaria entre los fármacos y lo quirúrgico". Si no se trata de forma adecuada, el académico advierte que estos problemas de carácter "benigno" pueden derivar en males mayores como el cáncer al esófago como peor escenario.
Asimismo, Braghetto es crítico de los nuevos procedimientos para resolver estas afecciones mediante cirugía, como el Nissen-Rosetti (funduplicatura asimétrica) o el esfínter magnético, también llamado LINX "porque pese a que son innovaciones necesarias para generar mejores tratamientos, aún no han demostrado su efectividad a largo plazo. Las mediciones de estos métodos va en el corto plazo, pero no hay suficientes estudios a largo plazo como para confiar en estas formas de enfrentar las enfermedades".
Finalmente, el médico cirujano experto en cirugía digestiva hace un llamado a no automedicarse porque "la automedicación hace que la gente ignore que sus síntomas pueden ser indicador de algo mayor así que, si tiene algún síntoma de la patología del reflujo, vaya al médico", también pidiendo que la gente evite los antiácidos y las sales de fruta. "Las bebidas gaseosas hacen pésimo al estómago para los reflujos, así que imagínese lo que ocurre con la efervescencia de las sales", agrega Braghetto.