Recientemente, el Instituto Nacional de Estadísticas entregó sus datos sobre desempleo en Chile. De acuerdo a las cifras, éste subió en el trimestre mayo-julio a 10,8%. Se trata de un problema urgente, que requiere de políticas específicas. Pero en términos generales, el tema del empleo, qué duda cabe, también necesita una mirada de largo plazo.
Para indagar cómo podría abordarse la situación desde este punto de vista, UChile.online contactó al Prof. David Bravo, Director del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile. Él entregó una mirada pragmática para enfrentar a largo plazo el tema del empleo en el país, de modo de llegar a los niveles de ocupación anteriores a la crisis asiática -del orden del 6%-, que desde ese entonces Chile nunca ha podido recuperar.
A su juicio, "deberíamos constituir un acuerdo sobre el empleo en general", para que éste se transforme en el primer objetivo de política en los próximos años, de manera indeclinable. Una vez definido aquello, sostuvo que era necesario definir "con qué instrumento llegamos a ese objetivo".
De esa manera, agregó, es posible identificar áreas en las que el tema del empleo es aún más acuciante, como por ejemplo entre mujeres y jóvenes. Para mejorar las tasas en estos grupos, sostuvo, "se requiere una política muy agresiva en materia de capital humano. Me refiero no solamente a capacitación, sino que también al énfasis -tal vez- en el tema de la educación técnica y de la educación técnico-profesional en particular".
Bonos de inversión en capital humano
El Prof. Bravo ya había sugerido una medida similar junto a quienes, como él, participaron en la elaboración del informe de la Comisión Trabajo y Equidad.
"Lo que propusimos en el Consejo, y me atrevería a proponerlo también acá, es pasar a una etapa de un esfuerzo de mayor escala, donde a través de un sistema de vouchers podamos asignar a personas del 40% inferior de ingresos un número significativo de cupos de capacitación o cupos de inversión en capital humano, pero con nombre y apellido", puntualizó.
Ello, porque hoy día en Chile, dos tercios de los recursos de capacitación se utilizan a través de franquicias tributarias, que no se pueden focalizar en las personas, sino que se concretan mediante las empresas, encargadas de decidir quién, en qué y cuándo se capacita.
Estos vouchers o bonos de inversión en capital humano, en cambio, "los podemos focalizar en jóvenes o en mujeres. Y estoy pensando en algo así como partir con un monto de 200 mil ó 300 mil bonos, que básicamente sean una asignación de un subsidio a estas personas para que inviertan en su capital humano. Y que les demos un par de años para ocuparlos", sugirió.
Así, "podemos decirle a la persona: ‘mire, usted decida cuál es el momento adecuado para utilizarlo'", de modo de traspasarle el poder de decisión al trabajador sin perder el vínculo con la demanda de trabajo.
El académico advirtió que "este esfuerzo habría que irlo monitoreando. O sea, yo sería muy pragmático respecto de los instrumentos. Si hay instrumentos que se establecen y no funcionan -vamos a tener que ir evaluando al mismo tiempo-, deberían sustituirse".
Subsidio y diagnósticos
Por otro lado, recordó que un instrumento que acaba de entrar en vigor es el subsidio al empleo juvenil. "Me hubiera gustado también, y me parecería una segunda medida, incorporar una especie de subsidio al empleo en el caso de las mujeres", que sea evaluado para así detectar al cabo de dos o tres años si efectivamente está haciendo o no una diferencia.
"Si tiene impacto, vamos a saber exactamente cuánto mejora las posibilidades de empleo, y si no tiene impacto deberíamos sustituirlo por otro instrumento y usar los recursos de otra forma. En ese sentido me refiero a que necesitamos un enfoque más pragmático, que esté vinculado con las evaluaciones de las políticas", sostuvo.
Como tercera propuesta, el Prof. Bravo llamó a tener diagnósticos bastante afinados en cuanto a la forma en que la legislación relativa a los más perjudicados por el desempleo podría ser perfeccionada.
La idea es determinar "qué medidas específicas del Código del Trabajo habría que modificar para que se amplíen las opciones de empleo a los jóvenes y a las mujeres. No estoy diciendo que discutamos el tema de flexibilidad para todo el mundo, concentrémonos en los grupos que nos importan, y de nuevo veamos si estas medidas -con evaluación- tienen efecto o no. Si no tienen efecto, se pueden revertir. Pero si tienen efecto, es todo lo que necesitamos", aseveró.
Ajuste de horas y diálogo
Por otra parte, propuso buscar mecanismos para que, en una crisis, las empresas reaccionen ajustando horas más que empleo.
A su juicio, estas propuestas no hay que discutirlas cuando la crisis ha estallado, porque entonces las normas o los contratos vigentes son inalterables, sino que corresponde debatirlas con antelación. Pero, afirmó el Prof. Bravo, "el problema es que cuando el desempleo empieza a bajar, la gente como que se olvida del tema. Eso fue lo que pasó en la crisis asiática".
Como una última medida pro empleo, el Director del Centro de Microdatos destacó "la necesidad, casi la urgencia, de que se promuevan acuerdos entre trabajadores y empresarios".
En ese sentido, valoró que las medidas en esta materia tomadas por la Presidenta Bachelet y que entraron a regir en julio, provinieran de un acuerdo -como no lo había desde la primera mitad de la década pasada-, entre la CUT y la CPC. "Fue muy importante, a mi juicio, que trabajadores y empresarios tomaran ejemplos de empresas que estaban haciendo experiencias de ajuste cooperativo al interior de la empresa para enfrentar el chaparrón, y que estas entidades -la CUT, la CPC, con el Gobierno- leyeran a partir de esos ejemplos, y que ellos se transformaran en medidas que anunció la Presidenta".
El Prof. Bravo consideró asimismo que "todo lo que ayude a que ese diálogo permanezca es algo fundamental".
Fortalezas de la encuesta del Centro de Microdatos
UChile.online consultó también al economista acerca de las ventajas de la encuesta para el Gran Santiago elaborada por el Centro de Microdatos. Él explicó que se trata de la más antigua del país, y que es la única que permite comparar la situación del mercado laboral del Santiago de hoy con la del año ‘57 o con las décadas siguientes.
"Es la única encuesta que tiene la misma metodología, el mismo cuestionario. Es perfectamente comparable en el tiempo. El INE no puede decir eso, porque su instrumento ha ido cambiando en el tiempo. Por lo tanto, las encuestas no son comparables en el tiempo, si uno quiere comparar largos períodos. Y además la encuesta del INE no se hacía regularmente antes de los años ‘80, sino sólo en algunos períodos", explicó.
En su opinión, la Encuesta de Ocupación del Gran Santiago del Departamento de Economía de la Universidad de Chile y realizada bajo la implementación del Centro de Microdatos, "es un patrimonio estadístico del país".
Por otro lado, "al no ser la estadística oficial, tiene el valor de permitirnos contrastar las cifras ‘oficiales', en un área que es de gran interés. Y siempre ha jugado ese rol. La encuesta de la Universidad de Chile jugó ese rol en la década del ‘80 en Chile, cuando tuvimos la recesión del año ‘82. Bueno, en esa época prácticamente todas las actuales autoridades usaban los datos de la encuesta de la Universidad de Chile como un referente, más que los datos del INE", expresó el Prof. Bravo.
Agregó que la encuesta del INE tiene la tarea de ser un instrumento que se va perfeccionando en el tiempo, con una mirada mucho más nítida. Y que tal es la labor que efectivamente cumple.
Como otra diferencia considerable, mencionó que la encuesta de la Universidad de Chile tiene la misma pregunta desde el año ‘57, y ella permite capturar la situación del empleo con un criterio "algo más subjetivo". Sucede que la Universidad pregunta a la persona si trabajó la semana pasada; en cambio, el INE efectúa consultas adicionales que finalmente permiten catalogar, por ejemplo, a alguien que trabajó sólo por una hora como ocupado.
"Entonces, podría ser que alguna persona a la cual se le aplique el cuestionario en la Universidad de Chile se considere no ocupado, mientras que en la encuesta del INE eventualmente se le consideraría ocupado", detalló el académico, aclarando que en realidad estaríamos hablando, en la práctica, de un "subocupado".
"Son personas, tal vez, con empleos más precarios. En el caso de la encuesta de la Universidad de Chile, esas personas quedan con mayor probabilidad asignadas a la categoría 'desocupación'. Y lo que nosotros siempre hemos argumentado es que para el mercado laboral es bueno tener varios ojos. Acá tenemos por lo menos dos ojos. Y entonces, si uno quiere decir ‘el mercado laboral se ve saludable', es bueno que los dos ojos vean lo mismo. Cuando la mirada de estos dos ojos difiere, es porque a lo mejor hay un aspecto que hay que profundizar", apuntó.
Por otro lado, el Prof. Bravo destacó que la encuesta de la Universidad de Chile detecta de manera muy temprana los cambios de tendencia, como ocurrió por ejemplo en el mes de junio con el quiebre de tendencia en el desempleo.
Estrategia de desarrollo: Inversión en capital humano
Consultado acerca de cuál es la relación entre empleo y desarrollo económico, el académico sostuvo que se trata de un vínculo estrecho, porque las posibilidades de empleo de las personas dependen de manera crucial de la demanda que tengan las empresas, la que está a su vez determinada básicamente por el perfil de sus requerimientos productivos.
Por ello, sostuvo, la otra cara de la moneda de la estrategia de desarrollo de Chile, es el perfil de empleo. "Si Chile es un país que tiene basado su desarrollo en los recursos naturales y las empresas tienen bajo nivel de productividad, la otra cara de la moneda de eso es un perfil de empleo que está asociado a esos sectores productivos, y al mismo tiempo a los salarios: salarios acordes con esa productividad, que es inferior a la que probablemente desearíamos", explicó.
A su juicio, Chile está a medio camino entre un país en vías de desarrollo y un país desarrollado. "Hemos estado en esta dinámica, y por lo tanto quien siente esa tensión de manera más fuerte, yo creo que es el trabajador, la fuerza laboral", comentó.
Así, argumentó, los trabajadores de distintas edades, por un lado, reciben las exigencias y, por otro, tienen clara conciencia de sus deficiencias, por ejemplo en términos de capital humano.
"Entonces, la estrategia de desarrollo de Chile tiene que estar basada en este desafío de inversión en capital humano. Es fundamental, va a aumentar la productividad en el país, y al mismo tiempo esa estrategia se va a traducir en condiciones en el mercado laboral que van a afectar a los chilenos. Toda esta discusión que se hace a raíz de las candidaturas presidenciales es una discusión crucial, si es que efectivamente se traduce en medidas con una mirada larga", afirmó.