Estatus y Orden Regional: Potencias Emergentes

Estatus y Orden Regional: Potencias Emergentes

Dr. Leslie Wehner
Director Académico del Programa Doctoral
GIGA German Institute of Global and Area Studies, Hamburgo
wehner@giga-hamburg.de

Introducción

En la actualidad es posible observar una creciente atención mediática y de expertos en relaciones internacionales sobre el fenómeno de los países llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Se habla de estos países como los nuevos actores internacionales o globales, cuyo peso específico creciente cambiará las bases del sistema internacional. Se asume que existe un crecimiento económico sostenido de los BRICS - que en el tiempo se proyecta sobre los países grandes de Europa y que incluso en el caso de China ya los sobrepasó - llegaría también a desplazar a los Estados Unidos. Tácitamente también se está asumiendo que estamos experimentando un proceso de cambio desde un sistema unipolar a uno multipolar. Esto implica el ascenso de nuevos Estados como actores determinantes del sistema internacional, pero además conlleva una pérdida relativamente sostenida de poder del hasta ahora único poder hegemónico global: Estados Unidos.
Si bien es cierto que el proceso de emergencia de estos países es innegable, existen ciertas falencias en los distintos análisis académicos, ya sea de estudios sobre la pro actividad de los BRICS en el sistema internacional, o de estudios de política exterior que se concentren en los objetivos, opciones y acciones de estos actores tanto a nivel regional como internacional.
Entre los aspectos que hasta el momento no han sido incluidos en el tema de los poderes emergentes o poder regionales, paradójicamente se encuentra el del lugar de la región en el proceso de emergencia y, segundo, el tema de que estos países también aspiran a una mejor posición en la jerarquía internacional; es decir, es un tema de reconocimiento y de aceptación por parte de los poderes preponderantes: o sea un tema de estatus. El siguiente ensayo no busca dar respuestas a estas interrogantes, sino abrir más caminos para el proceso de investigación sobre este fenómeno. La idea es poder generar un espacio de reflexión sobre el tema de los poderes emergentes, su rol en las regiones, su aspiración a poseer un mejor estatus internacional, y respecto de Chile, su lugar en Sudamérica y su relación con Brasil como poder emergente.

La búsqueda de estatus y el lugar de la región

El estatus puede sonar como algo intangible y más aún cuando se asume que son los Estados los que componen el sistema internacional. El estatus o prestigio es un bien y a la vez una propiedad que cada Estado posee. Sin embargo, esta propiedad inherente a cada Estado es diferencial. Cuando se habla de países pequeños, medianos, poderes regionales o Estados paria en el sistema internacional, estamos hablando de estatus diferencial entendido como un fenómeno social y no de un estatus determinado sólo por posesiones materiales. Esta última dimensión sería sólo una superioridad basada en factores tales como crecimiento económico, poder militar o población, entre otros. Asumimos que la supremacía material no es estatus, ya que carece de validación y reconocimiento por parte de otros actores del sistema en el cual dicha interacción ocurre. El estatus no solo es un proceso de auto concepción, sino de atribución y reconocimiento por parte de otros actores que tienen la capacidad de incluir y/o excluir a un Estado de un determinado grupo.
Cuando se reconoce la existencia del estatus, cualquiera que éste sea para cada actor internacional, podemos entender la importancia del poder social junto al poder material en la constitución jerárquica del sistema internacional donde existen súper poderes, poderes intermedios y poderes pequeños. Reconocimiento y atribución de otros Estados son condiciones que deben darse para que el estatus de un actor sea concordante con la propia auto concepción de un Estado. Hasta el momento la agenda investigativa de los poderes regionales o emergentes, asume tácitamente la distribución jerárquica del nivel regional y también internacional, pero sólo se concentra en lo que dice y hace el poder regional. En otras palabras, se habla de las estrategias de Brasil como poder regional, pero se analiza poco cómo otros países de la región ven la estrategia de Brasil. ¿Es realmente un poder regional?
Según una investigación realizada anteriormente bajo mi dirección, la respuesta es positiva, pero surgen nuevas interrogantes: ¿Cuales son las cualidades que otros reconocen en Brasil como poder regional? Es decir, Brasil puede ser y es reconocido como un poder regional, pero ¿qué funciones cumple como tal a nivel regional y que terminan sosteniendo el estatus de este país?: ¿Líder? Sí, pero: ¿Qué tipo de liderazgo? (estructural, consensuado, emprendedor, intelectual). ¿Qué otras funciones cumple Brasil para que se le reconozca el estatus de poder regional? -mediador, liderazgo inclusivo o exclusivo, proveedor de paz y seguridad a nivel regional. ¿Se correlaciona el hecho de que el poder regional sea un estatus igualable a un poder intermedio en el ámbito internacional, al que al parecer Brasil aspira?
Estas interrogantes, incluyendo las anteriormente descritas, hay que verlas desde la perspectiva de los otros poderes en la región: En el caso de Argentina la respuesta sería negativa, ya que se observa a este país como un oponente a que Brasil adquiera un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Venezuela apoya a Brasil en algunos contextos institucionales multilaterales y aspiraciones pero no en todos. De hecho, Venezuela genera sus propios espacios de liderazgo (el tema no es si este liderazgo es exitoso o no) que compiten con la propuesta brasileña. Venezuela cumple el rol de Estado revolucionario, pero habría que determinar si efectivamente se auto concibe como poseedor de un estatus de poder regional. Chile apoya a Brasil en lo político y diplomático, pero no necesariamente cuando el ámbito es comercial a nivel regional o global. Sin embargo, sabemos poco de estos procesos.
Además, las regiones no son entes cerrados y el estatus de poder regional es permeable a los intereses nacionales de potencias extranjeras. Por ejemplo, Estados Unidos reconoce en Brasil el estatus de poder regional en términos de aliado para proveer ciertos bienes y proteger ciertas normas en Sudamérica como paz, seguridad y estabilidad democrática, y protección a la población civil, pero niega que este estatus sea condición sine-qua non para ser aceptado como poder global. Al mismo tiempo, los Estados Unidos tienen dificultad en reconocer a Brasil el rol de cumplir con ciertas funciones a nivel global, sobretodo en el ámbito de seguridad. Este sería el caso de la mediación ante Irán y la aspiración de tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad. En la visita de Barack Obama a Brasil en marzo de 2011, Brasil esperaba un apoyo explícito a la aspiración de ese asiento permanente, ya que Obama había validado y apoyado la misma aspiración de India en una visita de Estado a dicho país en noviembre de 2010. En esta columna no desarrollaremos respuestas respecto de por qué se dice que sí a India y Brasil queda pendiente. Sin embargo, se constata no sólo la importancia de la aceptación y validación de parte de otros Estados relevantes en las relaciones internacionales, sino que también determina -aunque negativamente en este caso- que el lugar de las regiones como entes "porosos" es un componente importante del sistema internacional.

Consideraciones finales: Brasil como poder regional y Chile como poder intermedio

Chile -después de su retorno a la democracia- se ha autocalificado como un poder pequeño; sin embargo, otros países incluidos Brasil y Estados Unidos han tendido a atribuir a Chile un rol mayor a nivel regional equivalente quizás, a un tipo de liderazgo emprendedor o intelectual. Este mayor rol se expresaría a nivel internacional en el know-how de Chile en la esfera comercial. Si bien al principio Chile experimentó cierta disonancia en este proceso de auto concepción como país pequeño y de atribución del calificativo por parte de otros, de que era un poder intermedio en la región, hoy en día Chile ha tendido a aceptar los que ya otros le han asignado. De hecho, la idea de jugar un mayor rol en la región a través de UNASUR bajo la presidencia Bachelet (Presidenta de Chile, 2006-2010) creo que reflejaba este proceso, junto con manifestarse en la capacidad de Chile junto a Argentina, de plasmar su experiencia de cooperación en temas de seguridad y defensa en el Consejo de Defensa Sudamericano. Estos hechos podrían ser el punto de partida para analizar si efectivamente Chile se acepta como poder intermedio y sobre como otros reaccionan a este aparente nuevo estatus chileno en el ámbito regional.
Quizás la formación de la Alianza del Pacifico, que no incluye a Brasil y atrae a México hacia Sudamérica (en el sentido figurado) refleja que Chile posee y busca jugar en el cuadro regional un rol de país intermedio. Esta Alianza del Pacífico, aunque concebida con fines económicos, traería consigo implicancias positivas para Chile en el área política y diplomática, al mismo tiempo que interrogantes en esos mismos ámbitos, en particular en su relación con Brasil. Esta dimensión no ha sido objeto de muchos estudios y análisis de coyuntura, así como tampoco de estudios de mediano plazo respecto de los procesos y factores que generan cambio y continuidad en la política exterior de Chile en general y en la relación bilateral con Brasil como poder regional en particular. Esto sin duda necesita no sólo de mayor investigación empírica, sino que también la elaboración teórica desde el área de la política exterior como sub-disciplina de las relaciones internacionales.
De hecho, Brasil sigue siendo uno de los mayores socios político-estratégicos de Chile. Lo que ofrece Chile a Brasil en todos los ámbitos merece mayor estudio, sobre todo porque Brasil en su lucha por adquirir una mejor posición social en el concierto internacional ha usado la plataforma regional sudamericana y, por ende, su estatus como poder regional como el punto de partida para dicho objetivo.
El GIGA ya ha estado desarrollando estudios en los últimos años, sobre el estatus como expresión de poder material y social, el lugar de la región y sus distintos componentes entre ellos para Chile y el link con el sistema regional e internacional, como temas que merecen mayor atención en una agenda de trabajo colectivo. Mediante el "Regional Powers Network", el GIGA continúa buscando todavía respuestas teóricas y empíricas a estos procesos, los que se siguen presentando bajo la mirada y el interés de los observadores, analistas y académicos de las relaciones internacionales.

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