IEI presenta informe sobre los escenarios futuro de Asia

IEI presenta informe sobre los escenarios futuro de Asia

Según el documento, las tendencias que vienen en la relación entre Chile y China pasan por la eventual incorporación de nuestro país al RCEP y de China al CPTPP y DEPA.

El Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, a través de su Programa de Estudios Asiáticos, dió a conocer los resultados del informe técnico "Asia: consideraciones para los escenarios de futuro", el cual fue elaborado para el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para el Desarrollo.

Este informe que explora las variables que podrían moldear el futuro de la región asiática, y como consecuencia, el impacto que podrían tener en el mundo y en América Latina y Chile, fue presentado por el Doctor en Relaciones Internacionales de Central China Normal University y académico del Diploma de Estudios Asiáticos del IEI, prof. Ignacio Araya.

Según el documento, son principalmente tres los elementos que explican el desarrollo de países de la región Asia-Pacífico.

“En primer lugar destacamos las inversiones, tanto en capital físico como humano y que fueron destinados principalmente a mejorar la educación básica, la salud y la nutrición, así como los servicios de planificación familiar que aumentaron la productividad laboral. Un segundo elemento sería que lograron Integrar la estructura productiva nacional al comercio mundial, es decir, ‘industrialización orientada al exterior’. Y por último tenemos la tecnología, que ha jugado un papel clave en el desarrollo de estos países, utilizándose para mejorar la productividad y elevar el estándar de vida a niveles económicos avanzados”, explicó el prof. Araya.

Asimismo, recordó que la región Asia-Pacíifco, liderada por China desde 2002, comprende a 15 países; unos 2.200 millones de habitantes que suman un PIB de alrededor de 26.2 billones de dólares, representando el 30% de la producción económica global y el 28% del comercio mundial.

“En este sentido, podemos afirmar que China es el principal agente de transformación y cambio del siglo XXI, y ello se sustenta en su poder económico, capacidad en innovación tecnológica, influencia cultural e influencia política. Es más, el gigante asiático ya ha fijado sus objetivos generales de desarrollo para 2035. En primer lugar, estos contemplan un salto sustancial en el poderío económico-científico-tecnológico, lo que debiera traer como consecuencia un incremento de su PIB per cápita. Y si bien no detallan la cifra o aproximación en números, sí establecen como logro alcanzar el nivel de los países medianamente desarrollados”, afirmó.

Un segundo objetivo de cara al 2035 sería que se hayan cumplido los ejes de la industrialización, informatización, urbanización y modernización agrícola, creando así una nueva configuración del desarrollo y conformando un sistema económico moderno.

En materia política, esperan cumplir con la modernización de los sistemas y capacidades de su gobernación, completando aún más su sistema de democracia popular de proceso entero y culminando la construcción de un Estado, un Gobierno y una sociedad regidos por la ley.

Finalmente, otro de los objetivos de China es que su proceso de emisión de carbono ya se encuentre estabilizada, mostrando una tendencia a la baja.

El prof. Ignacio Araya también resaltó que con América Latina y el Caribe China tiene un plan de acción conjunto de cooperación en áreas claves como política y de seguridad; economía; infraestructura de alta calidad; social, cultural y de pueblo a pueblo; desarrollo sostenible, y asuntos internacionales y cooperación subregional e interregional

Por último, en materia de proyecciónde China en América Latina y concretamente en Chile, el académico e investigador sostuvo que existen dos agendas claves que tienen relación con los sectores de Minería y Agrícultura. 

“El desafío ya propuesto por la parte China es traer tecnología avanzada para la extracción del litio. Pero en este sentido cabe preguntarse hasta dónde esta acción agregaría valor a la extracción del mineral. Sin embargo, en materia de agricultura y acuicultura juegaría un rol significativo, especialmente en lo que respecta a la alimentación en el marco de la crisis alimentaria y climática que atraviesa el mundo”, concluyó. 

 

 

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