Visibilizar los desafíos de la migración, la seguridad y la justicia climática fue el principal objetivo del segundo encuentro de Diálogo sobre Política Exterior Feminista, realizado el pasado 22 de agosto y organizado por la Cátedra Centroamérica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, en conjunto con el Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador; el Instituto Universitario de la Mujer de la Universidad San Carlos de Guatemala, y el Centro de Investigación en Estudios de la Mujer de la Universidad de Costa Rica.
En esta ocasión el tema de análisis se centró principalmente en la migración: los desafíos concretos de las mujeres migrantes desplazadas en contextos de desastres naturales por el cambio climático y la legislación migratoria centroamericana, materia de análisis que correspondió a la investigadora María del Carmen Tánchez Villagrán, del Instituto Universitario de la Mujer de la Universidad San Carlos de Guatemala.
A continuación fue el turno de Romina Bravo, de la Dirección General de Asuntos Consulares del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, quien se refirió a la experiencia de nuestro país en temas de asistencia consular a las mujeres migrantes.
Desafíos de Mujeres Migrantes
Durante su exposición, Tánchez Villagrán explicó que “desde las condiciones de salida de los países de origen, las cuales son multicausales, muchas veces asociadas a la violencia, inestabilidad política, crisis económica, desastres naturales, etc. los mirantes se ven expuestos a un conjunto de riesgos. De hecho, la salida, el trayecto y la llegada al país elegido, es un verdadero desafío”.
Y agregó que en el arribo a los puestos fronterizos, la mujeres migrantes se encuentran con una cruda realidad, en la que sus derechos humanos no son respetados, debido a políticas de deportación masiva; criminalización de los y las migrantes indocumentadas; racismo y xenofobia.
Por ello celebra que a nivel mundial, lideres se reunieran para trabajar sobre la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, aspectos que fueron tomados en cuenta en la Agenda 2030.
En este sentido, recordó que el ODS Nº8 menciona que ante el creciente flujo migratorio, es preciso contar con un modelo que considere la incorporación de las personas al sistema de seguridad social, sin depender de su status migratorio, tomando en cuenta que la mayoría de los y las migrantes deben insertarse al mercado laboral informal en los países de destino.
“Por otra parte, el ODS Nº 10 indica que la migración y los desastres naturales pueden contribuir a la desigualdad en la región, así como a la existencia de una segregación ocupacional de género y una mayor participación laboral femenina en trabajos precarios, sin respaldo legal ni acceso al sistema de salud”, concluyó.
El caso de Chile
Por su parte, Romina Bravo, explicó la estructura gubernamental de Chile en materia consular. Luego comentó que Chile fue el primer país de Sudamérica en establecer una Política Exterior Feminista, la cual tiene como principal objetivo incorporar el principio de igualdad de género como eje rector, al tiempo que reconoce las brechas de género como obstáculo para la construcción y el desarrollo de las democracias en los países.
“Entre las prioridades de la política exterior feminista chilena destacan ocho ejes: los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia; promover la erradicación de la violencia de género; empoderamiento y mayor representación de las mujeres; la agenda Mujeres, Paz y Seguridad; el comercio y género; cambio climático y género: agenda digital Ciencia y Tecnología e Innovación, y por último, el sistema integral de cuidados”, explicó.
Asimismo, agregó que concretamente la Dirección General de Asuntos Consulares ha trabajado en los mecanismo de implementación de la política exterior feminista tanto en el plano extraorganizacional como intraorganizacional. En este sentido, explicó que la División de Servicios Consulares (Diser) está abocada a llevar adelante el Programa de Fortalecimiento de la Política Consular y Migratoria, y el proyecto de fortalecimiento de la atención consular para asistir a mujeres connacionales en todas sus diversidades, las cuales son víctimas de violencia de género en el exterior y el convenio ‘Fondo de transversalización de género’.
“En tanto, respecto de la División de Migraciones, destaca la Presidencia Pro Témpore de Chile en el Proceso de Quito y la cooperación con instituciones del sistema de Naciones Unidas”, explicó.
Finalmente en el caso de la División de Política Consular (Dipoc), esta trabaja en el nuevo reglamento consular, pues el vigente data de 1970. “El nuevo involucra la igualdad de género no solo a través de un conocimiento por medio de un lenguaje inclusivo, sino que también a través de la sectorización e identificación de distintos tipos de violencia de género y de las diversidades sexuales vigentes y de la identidad de género tanto de connacionales como extranjeros. Este instrumento nos va a permitir plasmar los objetivos de esta Política Exterior Feminista”, concluyó.