Esfuerzo, trabajo y vocación. Esta es la triada que llevó a Renata Lisboa, alumna de quinto año de la carrera de Internacionalista, a lograr uno de los objetivos que se propuso desde prácticamente su ingreso a la Universidad. Hace tan solo unos días se le notificó que había sido aceptada para continuar su formación profesional en la Academia Diplomática de Chile “Andrés Bello”.
Por cierto y aún cuando estaba consciente de sus aptitudes, la noticia la tomó por sorpresa, pues su juventud (tiene solo 23 años) y la baja probabilidad que un/a postulante sea seleccionado/a en el primer intento por ingresar a la ACADE, claramente le podían jugar en contra. Pero, muy por el contrario, Renata no solo fue aceptada, sino que además quedó en el segundo lugar en la lista de selección. Doble mérito si a ello se suma que debió compatibilizar la preparación de los exámenes de la Academia con los últimos ramos de la carrera, dos ayudantías y una práctica profesional, que se encuentra realizando en la Dirección de Relaciones Internacionales de la Universidad.
A paso firme
Renata es oriunda de La Serena, donde reside su familia. Luego de graduarse de la Escuela Experimental de Música Jorge Peña Hen y aún cuando también tenía una vocación artística, primó su veta humanista y decidió postular a la carrera de Internacionalista.
Pese a que, en primera instancia, no le alcanzó el puntaje, con un futuro ya bien trazado en su mente, ingresó a Filosofía y luego de un año logró cambiarse a la Licenciatura en Estudios Internacionales, la cual -reconoce- cumplió con creces sus expectativas.
La Academia
Desde el primer año cursando la Licenciatura, Renata empezó a explorar las alternativas profesionales que le ofrecía la carrera, y aunque confiesa que siempre estuvo abierta a todas las posibilidades, de a poco comenzó a ver el servicio exterior como una aspiración, lo que se vio reforzado por los ramos que estaba cursando. “La Licenciatura claramente me dio la base. Me permitió ahondar en todos los ámbitos necesarios, como el derecho internacional, la historia de las relaciones internacionales, ciencia política, derechos humanos, negociación económica internacional, cooperación e integración, etc.”.
Otro hito que marcó su vocación fue la realización de su práctica profesional en el Ministerio de Relaciones Exteriores. “Esa también fue una oportunidad que me dio la carrera y que me permitió conocer por dentro cómo es el trabajo en el servicio exterior, siempre con el foco en la relaciones bilaterales en Latinoamérica, que es uno de los temas que me apasiona”, afirmó.
A partir de entonces se comenzó a preparar para el proceso de postulación a la Academia Diplomática. “Esta fue una etapa muy dura, porque se inició en el mes de abril y concluyó recién hace dos semanas (fines de octubre). Es un camino muy largo con varias etapas que sortear y que realmente requiere una dedicación casi a tiempo completo para preparar las entrevistas, prueba sicológica, prueba de inglés, prueba oral que incluye unos 25 temas distintos relacionados con el derecho internacional, comercio, relaciones internacionales, plataforma continental, Antártica, etc.”, explicó.
Renata ingresará a la Academia con el grado de Tercera Secretaria de Segunda Clase y tendrá un largo y trabajoso camino que recorrer para cumplir su sueño de llegar a ser embajadora. “Luego de dos años en la ACADE, debo volver al Ministerio y en cinco años más debiera estar enfrentando mi primera destinación, que generalmente es al azar. Pero cuando postulé estaba muy consciente de que no siempre iba a radicarme en los lugares que yo quería y creo que eso solo se logra con sacrificio y dedicación”.
“Ahora, reconozco que mis preferencias se inclinan por América Latina y el Caribe, pues siempre he pensado que tiene mucho potencial, pero a la vez muchos problemas que, a mi juicio, tienen una salida y me encantaría enfocar mi trabajo en ello, pensando en un futuro mejor para la región y ese futuro también pasa por una integración real”, agregó.
Al mismo tiempo, en algún momento le gustaría combinar la labor del servicio exterior con la docencia, vocación que también se fue formando al realizar ayudantías durante sus años como alumna de pregrado de la Universidad de Chile.