Clausura de diploma abre el debate sobre la calidad de las relaciones entre los países de Latinoamérica

Debaten sobre la calidad de las relaciones entre países de la región

Con un simposio sobre la integración latinoamericana, se celebró la clausura del diploma "Unión Europea y América Latina y el Caribe: Construyendo la sociedad internacional del futuro", dirigido por los profesores Iris Vittini y Fernando Leiseca.

Embajador de Estados Unidos, Paul E. Simons.
La ceremonia fue llevada a cabo en el auditórium de la torre BBVA, y contó con la participación del Director del Instituto de Estudios Internacionales, Prof. José Morandé Lavín, y el Embajador Gonzalo Arenas, Director General Administrativo del Ministerio de Relaciones Exteriores, entre otras autoridades.

Arenas fue el encargado de moderar la mesa redonda, donde el ex embajador de Chile en MERCOSUR, Héctor Casanueva, y el vicepresidente del consejo para las Relaciones Internacionales y ex canciller Hernán Felipe Errázuriz, expusieron sus visiones acerca de la actual situación de la región.

“La pregunta que hay que hacerse no es si la integración es buena o mala. Lo que tenemos que responder es cómo llegamos a esa integración”, comenzó diciendo Héctor Casanueva.

A juicio del experto son diversos los factores que se deben considerar a la hora de hablar de una unidad latinoamericana viable, como la realidad compleja del mundo globalizado, los modelos de inserción, y sobre todo los distintos esquemas de unificación que chocan dentro de nuestro continente.

A pesar de los intentos de integración física que los países de la región han aplicado, como las redes de comunicaciones, los pactos económicos entre los estados han demostrado ser etéreos y cambiantes, según Casanueva. Esto provocaría la marginación de los socios de los conglomerados (ejemplo de Venezuela con la Comunidad Andina) y los continuos cambios en los pesos comerciales de cada esquema, fenómeno que finalmente terminan reduciendo las alianzas grupales a pactos bilaterales, como el caso de Colombia y Perú que han firmado acuerdos con Estados Unidos fuera de la Comunidad Andina.

Para Casanueva es prácticamente imposible que América Latina iguale un modelo de estructuras supranacionales como el europeo, con tribunales comunes, parlamento único, e incluso moneda común. Pero sí se pueden conseguir estructuras sectoriales, como un protocolo energético, para llegar a una real conexión de los pueblos.

Un poco más escéptico en su discurso fue el ex canciller Hernán Errázuriz, quien acusó dos grandes problemas que para él impiden alcanzar un modelo como el de la Unión Europea: los equilibrios comerciales, y la “mentalidad de choque”.

“En Europa los países mantienen cuotas balanceadas de peso comercial, en cambio aquí en la región, Brasil, Argentina, y Mexico acaparan el 70% de los intercambios”, argumentó Errázuriz. Y continuó: “Aunque en América no tenemos la diversidad de idiomas, religiones, y culturas que hay en la UE, parece haber en el continente un nivel de conflicto exacerbado que nos hace pensar constantemente en desencuentros, antes que la cooperación, e incluso la competencia”.

En lo que a Chile compete, Errázuriz indicó que es evidente que existan para nuestro país las tentaciones de abrir alianzas en otros sitios. Gracias a la buena acogida internacional y el bajo interés por el entorno para el comercio nacional, la búsqueda de tratados con grandes mercados, y el distanciamiento con los vecinos es para él inevitable.

Lo anterior quedaría demostrado según el ex canciller con el “lamentable” funcionamiento de los pasos internacionales en las fronteras de Chile, la casi nula integración energética, y la escasez de gaseoductos y oleoductos que nos conecten con los estados cercanos, entre otras cosas.

Para concluir su cátedra, Errázuriz señaló que las claves para lograr una sólida conectividad en Latinoamérica son invertir en la integración física de los países, procurar un equilibrio entre economía de mercado e intervención estatal (tal como lo hace la UE) procurar también acuerdos medioambientales, y que Brasil ejerza un liderazgo fuerte en la región. Sin embargo, el ex canciller no cree que haya cambios positivos en un futuro próximo.

En el cierre del evento, los académicos a cargo del curso de integración, agradecieron el esfuerzo conjunto de la Comisión Europea en Chile, la Universidad Adolfo Ibáñez, el Ministerio de Relaciones Exteriores, y los veintiocho profesores (nueve extranjeros) que participaron del diploma, para alcanzar lo que calificaron como un “grado de excelencia en el estudio de las relaciones internacionales”. Además instaron a las universidades a enseñar la integración a los jóvenes, como primera medida para avanzar hacia una nueva unión de Latinoamérica.

Últimas noticias