Elias se encontraba de vacaciones de Puerto Natales con un grupo de amigos con la intención de continuar conociendo la región de Calafate, Argentina, cuando supo que el tránsito por las carreteras había sido interrumpido por los manifestantes que protestaban contra el alza de las tarifas de gas.
Dado que el conflicto no se resolvió en un plazo prudente, y tras la sugerencia de una turista alemana, se coordinaron con las personas alojadas en otras hostales y trataron de dejar una constancia policial estableciendo su situación. Ante la imposibilidad de concretar este trámite, se contactaron con el Gobernador de Última Esperanza, Sr. Max Salas, quien, preocupado por la seguridad de los turistas, estableció un albergue temporal en una escuela municipal.
Usando el albergue como centro de operaciones, Alcántara se contactó con la Embajada de Estados Unidos en Chile y, a través de ellos, informó de la situación de los turistas de otras nacionalidades a sus respectivas representaciones diplomáticas. Dado que los diplomáticos no podían llegar a Puerto Natales, nombraron a Elias como su representante oficial e interlocutor en la coordinación con las Fuerzas Armadas, las autoridades civiles y la Cruz Roja. En ese momento registraban más de 1.200 turistas en Puerto Natales (sin contar los cerca de 1.500 que estaban en el Parque Nacional Torres del Paine) de 26 países, entre ellos Japón, Corea, Australia, Nueva Zelandia, Reino Unido, Francia, México, Argentina, Brasil y Estados Unidos.
El equipo de voluntarios coordinado con las diversas autoridades logró disponer que buses militares, marcados con los signos de la Cruz Roja, cruzaran las barreras, evacuando hacia el aeropuerto de Punta Arenas a los turistas desde donde sería llevados a Santiago en aviones de la Fuerza Aérea de Chile. Esta labor se desarrolló según un orden de prioridad establecido que permitía la pronta salida de ancianos, niños, discapacitados y embarazadas, y posteriormente, los demás turistas según orden de llegada. La principal dificultad se presentó con aquellos pasajeros que querían continuar su camino hacia Argentina, ya que las negociaciones debían realizarse con los manifestantes en cada una de las barreas de forma independiente.
Tras evacuar a la gran mayoría de los turistas, Alcántara y su grupo llegaron también al aeropuerto de Punta Arenas, donde pudo conocer personalmente a los representantes de la Embajada de Estados Unidos, con quienes había conversado permanentemente durante el proceso.
Luego de su arribo a Santiago, Elias Alcántara fue invitado a visitar la Embajada de Estados Unidos en Chile, dado que el Embajador, Sr. Alejandro D. Wolff, quería conocerlo personalmente para agradecerle su labor en el conflicto y entregarle un reconocimiento.
