-Considerando que los principales mercados de exportación para Chile están fuera de América Latina y que los dos principales destinos de la inversión chilena en el exterior son Argentina y Brasil, ¿Cuál es las importancia que tiene Perú en estos ámbitos para Chile?
Dorotea López (DL): Si bien la relación comercial entre Chile y Perú no representa un porcentaje importante en el total de sus exportaciones, sí está creciendo a tasas superiores en comparación a la relación de cada uno de estos países con el resto del mundo. Asimismo, para Chile, Perú es un mercado de gran importancia en áreas de exportación no tradicional, un área muy importante para el desarrollo, siendo el primer mercado en comercio de servicios y el tercero para bienes no tradicionales. Respecto a las inversiones, en el 2010, Perú fue el principal país receptor de capitales chilenos con un monto por US$ 1,829 millones, acumulando casi US$10,000 millones. Por su parte Perú, también ha incrementado su inversión en Chile dramáticamente en los últimos años, llegando a US$ 2,500 millones.
-Durante la reciente campaña presidencial en Perú, se insistió mucho en el efecto negativo que tendría un triunfo electoral de Ollanta Humala en las relaciones económicas, especialmente comerciales, con el Perú. Considerando el resultado electoral, ¿coinciden en ese escenario?
Felipe Muñoz (FM): En el plano comercial, ambas economías tienen muchas coincidencias: sus exportaciones son poco diversificadas y están basadas en ventajas comparativas estáticas, es decir están compuestas por recursos naturales, baja intensidad de conocimientos y poca transferencia tecnológica. Además, ambos países han optado por una política de apertura comercial concertada, participan en la Organización Mundial del Comercio y han suscrito tratados de libre comercio con países como Estados Unidos y China. Estos puntos en común nos hacen pensar que el triunfo de Ollanta Humala no debería influir significativamente en el futuro de nuestra relación económica.
-Estiman, en consecuencia, que independientemente del resultado de la elección, ¿hay más espacio para la profundización de los vínculos comerciales de ambos países que los existentes para un deterioro de esta relación?
FM: La existencia de desafíos comunes, como desarrollar escalas eficientes de producción, crear cadenas de valor (integración productiva), aprovechar y transferir conocimiento para entrar a mercados más exigentes, acortando distancias con la región más dinámica y competitiva que es Asia, son absolutamente compartidos por ambos países. En ese sentido, la complementación comercial y productiva entre ambos países va en tendencia positiva, dando un mayor espacio a que para que continúe esta profundización.
-En ese sentido, si bien las relaciones económicas con Perú aparecen con una fortaleza inédita, ¿éstas lo suficientemente fuertes para que se desarrollen con un importante grado de autonomía respecto al desarrollo político de Perú?
DL: Durante la campaña, el presidente electo Ollanta Humala mostró un cambio bastante importante respecto a posturas anteriores, mostrando en el tramo final del proceso electoral una posición bastante más suavizada, la mantener una política comercial como la implementada hasta hoy. Además, el caso de Perú es muy distinto al de otros países de la región, pues ya ingresó en el circuito de la apertura y tomar la opción de no seguirlo, es una opción difícil de seguir, en especial para un país cuyo sector externo, si bien inferior al chileno, es cercano al 50% del PIB.
La coincidencia en su opción de estrategia de inserción económica internacional, tanto en su compromiso país, su dependencia del sector externo, y una creciente importancia de las inversiones, hace pensar que nuevamente el peso de los anclajes económicos de un modelo a través de la apertura concertada será reafirmado por el hoy presidente electo Humala. Por ello, hoy existe, en la relación económica, una agenda positiva para la construcción de nuestra relación bilateral.
