"Chile requiere generar una nueva política exterior de Estado. Ello exige una tarea multidimensional, debiéndose ampliar y profundizar la coordinación a nivel de Gobierno y de políticas públicas de alcance internacional".
Esta es una de las principales conclusiones en la que concuerdan el Director del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, profesor José Morandé Lavín, y la especialista en Relaciones Internacionales de la misma entidad, profesora Paz Milet, quienes más allá del fallo dado a conocer ayer por la Corte Internacional de Justicia, aseveran que independiente de este hecho, Chile y Perú seguirán siendo vecinos, con una amplia y fecunda agenda, la que incluye una significativa inversión bilateral; creciente intercambio comercial y económico; migración de ciudadanos de ambos países, especialmente del Perú; libre circulación de personas e intercambio en zonas fronterizas, y cooperación en instancias regionales.
De lo anterior se infiere la necesidad imperiosa de trabajar en el establecimiento de una agenda de futuro, que -a juicio de los autores- debiera considerar, entre otros: generación conjunta de textos escolares y capacitación docente, desafío para superar las diferencias enraizadas a nivel cultural; creación de entidades binacionales destinada a promover el intercambio de estudiantes y profesores; facilitación del comercio y acceso conjunto a mercados mayores.
"Del mismo modo, se debería modernizar la legislación migratoria en ambos países en beneficio de las nuevas generaciones; promover alianzas público-privadas conjuntas para el desarrollo de energías renovables no convencionales, e implementar iniciativas bilaterales en el área de seguridad y defensa, frente a desafíos internacionales a saber, medidas de confianza mutua, operaciones de paz y desastres naturales", aseguran.
Los académicos del IEI concluyen que ninguna de estas propuestas tendrá éxito sin la participación ciudadana, "generando así una nueva diplomacia y una genuina relación entre ambas naciones. La construcción de la agenda del futuro dependerá, entonces, de la voluntad y compromiso de los gobiernos y de los distintos actores sociales de Chile y Perú".