Con testimonios y cifras respaldadas por investigaciones en terreno, el Grupo Bolivia-Chile: Mujeres Construyendo Amistad Vecinal y la Red de Académicas sin Fronteras, realizaron un descarnado análisis de la realidad que enfrentan las mujeres migrantes en la frontera binacional.
En el seminario, que tuvo lugar de manera virtual, la académica boliviana Verónica Rocha y Leonardo Polloni, funcionario de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), coincidieron en la necesidad de fortalecer la acción coordinada de gobiernos, autoridades locales y comunidad organizada para promover soluciones colaborativas, basadas en el respeto de los derechos humanos de la población migrante, en especial de mujeres y niñas.
El seminario se realizó a pocos días de la reunión que sostuvieron los mandatarios Luis Arce y Gabriel Boric, en el marco de la toma de posesión del presidente Gustavo Petro en Colombia. Uno de los temas que se abordó en el encuentro entre las autoridades fue justamente la urgencia de hacer frente a la crisis migratoria de manera coordinada por ambos gobiernos.
Para ilustrar la realidad que se vive en la frontera boliviano-chilena, Verónica Rocha dio a conocer la situación que enfrentó en abril de 2020 un grupo de sus compatriotas, que en tiempo de zafra acuden a trabajar en el norte de Chile. “Doce mujeres, algunas con sus hijos y otras embarazadas, quedaron imposibilitadas de regresar a su país debido al cierre de la frontera boliviana motivada por la pandemia. El grupo debió permanecer en la localidad de Pisiga, en un improvisado campamento, sin lograr ser localizadas en condiciones dignas y seguras. Paralelamente -continuó Rocha- un vuelo especial trasladó desde Santiago a La Paz a 35 personas de nacionalidad boliviana para que cumplieran la cuarentena preventiva en su país. Esta situación, que mereció la condena de varias instancias, “develó que en nuestras vinculaciones migratorias existen bolivianos y bolivianas de primera y de segunda clase cuando de cruzar las fronteras que nos unen se trata”, concluyó la expositora.
Este relato introdujo la reflexión respecto del devenir de las relaciones bilaterales, atrapadas en una agenda de disputas históricas, alejadas de temas urgentes y cotidianos, entre ellos los fronterizos, aduaneros y de control de los flujos migratorios.
Mujeres que cruzan fronteras
Por su parte, el representante de la OIM destacó que en un contexto de crisis humanitaria los flujos migratorios de mujeres, niñas, adolescentes y personas LGTBIQ+ son especialmente vulnerables a ser víctima de trata de personas u objetos de tráfico ilícito de migrantes y, con ello, a ser víctimas de explotación sexual y/o laboral, amenazas de violencia de género y xenofobia. Sin embargo, las mujeres aportan una significativa fuerza de trabajo al país, ya que del total de residentes extranjeros en Chile, ellas constituyen el 49,1% y se concentran en edades laborales que van desde los 25 a 39 años.
En el encuentro se intercambiaron opiniones sobre la percepción del fenómeno migratorio por parte de la población de nuestros países. Si bien para muchas personas las migraciones son vistas como hechos ajenos a la realidad de su propio país, en la actualidad es claro que se trata de un fenómeno extendido y multicausal, lo que exige legislaciones que den cuenta de su complejidad.
Sin duda gestionar la migración debe contemplar y comprometer una mirada vecinal coordinada, que establezca mínimos comunes en estas materias que cruzan a los países implicados.
En el debate se destacó que en Chile, el Servicio Nacional de Migrante, en conjunto con diversos actores políticos y sociales, han propuesto una línea de base que enfatiza en la necesidad de una gestión de las fronteras de manera de acoger y dar refugio a la migración sin afectar el acceso de los nacionales a los servicios de salud y educación. Al mismo tiempo, se ha señalado la necesidad de priorizar el cuidado de niñas, niños y adolescentes, así como de asociar la migración al desarrollo de mercados laborales, sin dejar de analizar el complejo tema de las expulsiones.
Entre las participantes hubo coincidencia en que el fenómeno migratorio es complejo e implica una gran responsabilidad, no solo para el mundo público sino también para el privado, para la sociedad civil y para la academia. Se señaló que es necesario aunar voluntades desde el nivel local hasta el nacional, para brindar una acogida integral, en el marco de los derechos y de la dignidad que corresponde a una adecuada calidad de vida en el territorio.
El seminario concluyó con la invitación de la Red de Académicas sin Fronteras para participar, en el mes de octubre, en el congreso anual que tendrá como sede el Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile (IEI). Este encuentro reunirá a representantes de la Universidad de Tacna, Perú; la Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba-Bolivia; Universidad Santo Tomás de Arica, y el IEI.